Perdonar desde el corazón sería un buen comienzo. Y sería mucho más fácil perdonar a aquellos que nos han hecho daño si recordáramos que a veces hemos sido nosotros quién nos hemos equivocado. Quizá sería mucho más sencillo decir simplemente: Lo siento, no supe hacerlo mejor.
Sabemos que el Amor es la mayor fuerza del Universo y sin embargo demasiadas veces elegimos el odio o el miedo como respuesta. Quizá sería mucho más sencillo decir simplemente: Te amo, pase lo que pase.
Seguramente bastaría con volver a caminar con la cabeza bien alta, orgullosos de ser quién somos y respetando a los demás por ser quién son, para que los seres humanos podamos volver a mirarnos a los ojos una vez más y así recordar todas las cosas buenas nos unen y olvidar las pequeñas diferencias que tanto tiempo nos han mantenido separados y enfrentados.
Los rayos de Luz de un nuevo amanecer asoman sobre el horizonte.