viernes, 25 de febrero de 2011

“Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra.”

Entrevista a Mario Alonso Puig, Cirujano

“Lo que el corazón quiere, la mente se lo muestra.”
Hasta ahora lo decían los meditadores y los sabios; ahora también lo dice la ciencia: Son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. “Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro. La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, esta tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando”. Hay que entrenar esa mente.

Tengo 48 años. Nací y vivo en Madrid. Estoy casado y tengo tres niños. Soy cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital de Madrid. Hay que ejercitar y desarrollar la flexibilidad y la tolerancia. Se puede ser muy firme con las conductas y amable con las personas.

-Mas de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?

-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que confía en si misma puede ir mucho mas allá de lo que cabria esperar por su trayectoria.

-¿Psiconeuroinmunobiologia?


-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

-¿De qué se trata?

-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entretenido en un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en situación delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

-¿Qué tipo de cambios?

-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?

-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?

-Sí. Hay que sacar el foco de atención de estos pensamientos que nos están alterando, provocando desanimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.

-¿Dice que no hay que ser razonable?

-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada del pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el que y el porqué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir la mente se lo acaba mostrando.

-Exagera.

-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que solo es una interpretación de la realidad.

-Mas recursos…

-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones como las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera mas positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.

-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?

-Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.

-¿Seguro que no exagera?

-No. Según como nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por si solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harvard han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80 por ciento.

-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?

-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93 por ciento del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.

-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona.

-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.

-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, sino solo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.

-Dame alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palaba. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.

-Ver lo que hay y aceptarlo.

-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

Sin fe en uno mismo hay temor,
el temor produce violencia,
la violencia produce destrucción,
por eso, la fe interna supera la destrucción.

jueves, 24 de febrero de 2011

Can



Cuando ayudas a otra persona a hacer realidad su sueño como si fuera tu propio sueño eres Amor en Acción.

domingo, 20 de febrero de 2011

Código Samurai

El guerrero ha olvidado parte de su esencia, pero en lo mas profundo de su corazón aun pueden escucharse ecos de batallas y leyendas. Sus manos han perdido  fuerza con el paso de los años pero aún saben empuñar  la espada que un dia fué parte de su alma. El guerrero ha decidido mirar hacia otro lado y hacer oídos sordos a las injusticias que presencia pero sabe que su tiempo en la sombra llega a su fin.



 
El Código de Bushido
Los siete principios.

Estos son los siete principios que rigen el código de Bushido, la guía moral de los guerreros samuráis. Sed fieles a él y vuestro honor crecerá. Rompedlo, y vuestro nombre será denostado por las generaciones venideras.

1. GI (Honradez/Justicia)
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia.
Para un auténtico samurai no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.

2. YU (Valor heroico)
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir.
Un samurai debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado, es peligroso, pero sin duda también es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte.
Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.

3. JIN (Compasión)
Mediante un entrenamiento intenso el samurai se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres, ya que desarrolla un poder tan grande que debe ser usado solo para el bien de todos.
El samurai debe tener compasión. El samurai debe ayudar a sus hermanos en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.

4. REI (Cortesía)
Ser un guerrero no justifica la crueldad. Los samuráis no tienen motivos para ser crueles, no necesitan demostrar su fuerza a nadie salvo a sí mismos. Un samurai debe ser cortés siempre, especialmente hacia sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto hacia sus oponentes, el samurai no es mejor que los animales.
Un samurai es temido por su fiereza en la batalla, pero es respetado por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurai se vuelve evidente en tiempos de apuros.

5. MEYO (Honor)
El auténtico samurai solo tiene un juez de su propio honor, él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad.
Nadie puede ocultarse de sí mismo, y los samuráis no son una excepción.

6. MAKOTO (Sinceridad absoluta)
Cuando un samurai dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en este mundo lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de dar su palabra. No ha de prometer. El simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer.
“Hablar” y “hacer” son, para un samurai, la misma acción.

7. CHUGO (Deber y Lealtad)
Para el samurai, haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan.
Un samurai es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel.
Las palabras de un samurai son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya, por ello el samurai debe tener cuidado con el camino que sigue.






 

Humanos etiquetados



Etiquetar es una forma de limitar la creatividad y de condicionar a otras personas. Etiquetar a un niño o a un adolescente puede dejar cicatrices que le acompañarán por mucho tiempo...

Aunque la verdad es que los adultos también experimentamos a menudo las consecuencias de estos juicios sin sentido.

Cuento Zen: "El valor de las cosas"

“Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?”
 
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
-Bien- asintió el maestro.
 
Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió.
 
Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.
 
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó. Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.
 
Entró en la habitación.
-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
-Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.
 
El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:
-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
-¡¿58 monedas?!-exclamó el joven.
-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…
 
El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo podría evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
 

Dedico este cuento zen a todos los que algunas veces hemos permitido ser juzgados o evaluados por otros y hemos sentido el dolor de perder nuestro centro. A veces por demasiado buenos o confiados, a veces por ingenuos…
 
Nadie más que tú sabe lo único y especial que eres. Nadie más que tú sabe cuánto has trabajado para llegar hasta aquí. Nadie más que tú tiene poder para juzgarte, y…  si lo haces no seas demasiado duro contigo mismo y quédate siempre con lo que has aprendido al hacerlo.
 
En la vida pueden salir mal muchas cosas y si alguna vez te entran ganas de tirar la toalla recuerda esto: Siempre te tienes a ti mismo y en tu interior esta todo lo que necesitas para ser feliz.
 

viernes, 18 de febrero de 2011

Planet Earth Forever



Hagamos que no sea demasiado tarde... Empiezan a sobrar planes y palabrería y llega el momento de actuar para preservar la belleza de nuestro hogar: La Tierra.

jueves, 17 de febrero de 2011

Steel life

Steel Life from Mathieu Gérard on Vimeo.


Hay cosas en la vida que no necesitamos comprender para sentir su belleza. Esta es una de ellas...

martes, 15 de febrero de 2011

¿Que es una red neuronal?



Cada vez que actuamos, pensamos o sentimos de una determinada manera reiteradamente fortalecemos la red neuronal asociada a esa acción, pensamiento o sentimiento. Desarrollar la capacidad de observación nos ayuda a identificar los patrones de comportamiento que determinan en última instancia nuestra personalidad.

Una vez somos capaces de observar nuestros patrones de comportamiento estamos en disposición de reemplazar aquellos que nos limitan o nos provocan sufrimiento.

De forma consciente o inconsciente te creas a ti mismo constantemente. Tú eliges...

lunes, 14 de febrero de 2011

El guerrero pacífico



Os dejo aquí algunos fragmentos de la película "El Guerrero Pacífico". Una gran película donde Socrates, un maestro peculiar y entrañable, nos enseña a aprender a vivir el momento, a vaciar la mente de pensamientos basura, a descubrir nuestro verdadero potencial y muchas cosas más...

Si todavía no habéis visto la película os invito a hacerlo, si preferís leer también tenéis el libro en el que está basada.

sábado, 12 de febrero de 2011

Cuidado con el estrés...



El estrés es una respuesta natural del cerebro para protegernos y prepararnos ante los peligros que nos amenazan, sin embargo si perdemos el control y no tenemos la capacidad de detener esa respuesta una vez pasado el peligro ponemos nuestra salud en una situación delicada.

viernes, 4 de febrero de 2011

La muerte, esa gran lección

Hoy os dejo mi reflexión acerca de un tema delicado del que pocas veces se habla: La muerte. La simple mención de este término va acompañada muchas veces de un sentimiento de rechazo, pena, miedo o hasta agresividad. Os invito a cambiar de perspectiva y transformar la connotación negativa de la muerte en una de las lecciones más importantes de la vida.

Nada permanece eternamente, todo cambia constantemente.

Muchas veces tendemos  a evitar aceptar esta verdad y vivimos la vida como si fuéramos seres inmortales. Nos olvidamos de disfrutar muchos  momentos de nuestra  vida porque  pensamos  que tendremos muchas más oportunidades de repetirlos. Nos  permitimos  “el lujo” de dejar asuntos pendientes importantes para mañana y así mil ejemplos más… Pero la verdad, y esto es  algo que todos sabemos con certeza en nuestro interior, es que cada momento es único e irrepetible y que a pesar de que cueste aceptarlo,  nuestro cuerpo físico y nuestro ego tienen fecha de caducidad… 

Cuando aceptas esta verdad de forma consciente en tu vida todo cambia. Ya no hay momentos vacios ni asuntos poco importantes.  ¿Qué cosas harías si te dijeran que te quedan unos días de vida? Es posible que tu conciencia despertara al instante y decidieras hacer aquello que siempre te hubiera gustado hacer y nunca hiciste. Las excusas que te sirvieron durante años se volverían frágiles y ridículas y te darías cuenta de que estuviste atado a una cadena que creaste tú mismo.  Sin embargo vivimos como si supiéramos con absoluta seguridad que aun nos queda mucho, mucho tiempo por delante. Y al hacerlo acumulamos un montón de cosas por hacer que ya haremos algún día... Hace poco leí que vivir en paz es vivir sin asuntos pendientes, meditad sobre ello…

Si me lo permitís os invito a hacer una lista de esas cosas que siempre habéis querido hacer y aun no habéis hecho. Apuntad todo lo que se os ocurra, hasta esos sueños que teníais cuando erais niños,  pero no olvidéis las cosas importantes de verdad: Las deudas o asuntos pendientes con otras personas. Si necesitáis perdonar, agradecer, demostrar vuestro  amor o pedir perdón a alguien apuntadlo en la lista de prioridades porque quizá no tendréis tanto tiempo para hacerlo como creéis. De hecho solo tenéis el momento presente.

La muerte es nuestra compañera de viaje desde el momento que nacemos pero su presencia no está aquí para atormentarnos y hundirnos en la depresión o en el miedo, simplemente nos recuerda que tenemos la oportunidad de exprimir al máximo cada uno de los momentos de la Vida.