Hoy os dejo mi reflexión acerca de un tema delicado del que pocas veces se habla: La muerte. La simple mención de este término va acompañada muchas veces de un sentimiento de rechazo, pena, miedo o hasta agresividad. Os invito a cambiar de perspectiva y transformar la connotación negativa de la muerte en una de las lecciones más importantes de la vida.
Nada permanece eternamente, todo cambia constantemente.
Muchas veces tendemos a evitar aceptar esta verdad y vivimos la vida como si fuéramos seres inmortales. Nos olvidamos de disfrutar muchos momentos de nuestra vida porque pensamos que tendremos muchas más oportunidades de repetirlos. Nos permitimos “el lujo” de dejar asuntos pendientes importantes para mañana y así mil ejemplos más… Pero la verdad, y esto es algo que todos sabemos con certeza en nuestro interior, es que cada momento es único e irrepetible y que a pesar de que cueste aceptarlo, nuestro cuerpo físico y nuestro ego tienen fecha de caducidad…
Cuando aceptas esta verdad de forma consciente en tu vida todo cambia. Ya no hay momentos vacios ni asuntos poco importantes. ¿Qué cosas harías si te dijeran que te quedan unos días de vida? Es posible que tu conciencia despertara al instante y decidieras hacer aquello que siempre te hubiera gustado hacer y nunca hiciste. Las excusas que te sirvieron durante años se volverían frágiles y ridículas y te darías cuenta de que estuviste atado a una cadena que creaste tú mismo. Sin embargo vivimos como si supiéramos con absoluta seguridad que aun nos queda mucho, mucho tiempo por delante. Y al hacerlo acumulamos un montón de cosas por hacer que ya haremos algún día... Hace poco leí que vivir en paz es vivir sin asuntos pendientes, meditad sobre ello…
Si me lo permitís os invito a hacer una lista de esas cosas que siempre habéis querido hacer y aun no habéis hecho. Apuntad todo lo que se os ocurra, hasta esos sueños que teníais cuando erais niños, pero no olvidéis las cosas importantes de verdad: Las deudas o asuntos pendientes con otras personas. Si necesitáis perdonar, agradecer, demostrar vuestro amor o pedir perdón a alguien apuntadlo en la lista de prioridades porque quizá no tendréis tanto tiempo para hacerlo como creéis. De hecho solo tenéis el momento presente.
La muerte es nuestra compañera de viaje desde el momento que nacemos pero su presencia no está aquí para atormentarnos y hundirnos en la depresión o en el miedo, simplemente nos recuerda que tenemos la oportunidad de exprimir al máximo cada uno de los momentos de la Vida.
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